«Árbolceniza» se alza a nivel nacional

Verónica Paz y Cachín Selis comienzan a estar en boca de todos. Desde Atienza, España, contagian su arte a través de las redes sociales. 
El dúo, oriundo de Yerba Buena, brindó una entrevista muy íntima al prestigioso sitio especializado Rock.com.ar, en donde contaron algunos detalles de la grabación de su primer disco, vida personal y proyectos futuros; tal y como hicieron hace unas semanas en EL DIARIO DE YERBA BUENA.
A continuación transcribimos parte de la entrevista y ponemos a disposición el material musical para el deleite de nuestros lectores:
¿Por qué irse tan lejos para grabar este disco?
Simplemente sucedió. Llegamos a éste apartado lugar dos meses antes de que naciera Arbolceniza. Fueron las texturas y la historia de éste lugar las que le dieron forma al concepto. Eso y la intensa introspección a la que fuimos obligados a someternos. Atienza nos llevó a mirar hacia adentro de un modo nunca antes vivido por nosotros. Ni el ruido de Madrid, ni las distracciones de TucumÔn lo permitían.
ĀæFueron con la idea previa o fue casual?
Llegamos por casualidad, ante la posibilidad de cuidar y administrar una casa rural. Resultó ser una casa construida en el Siglo 18 y que antes, durante el Siglo 15, había sido iglesia. Sus anteriores ocupantes fueron una pareja amante de la música. Fueron ellos quienes construyeron dentro de la casa un museo de instrumentos de música. Así que con Vero sentimos que estÔbamos viviendo un loop de esa historia. Todo eso impregna la estética, las visuales, las canciones y el concepto de Arbolceniza.
¿CuÔles fueron los sentimientos y sensaciones durante la grabación?
Fue un proceso de absoluta libertad, y a la vez de sometimiento. Fuimos libres de voces externas; y fuimos sometidos por el constante brotar de ideas y sonidos. Una canción podĆ­a nacer de un viejo loop que tenĆ­a almacenado en la memoria de la loopera, el de ā€œSiglos bajo el marā€, y el de ā€œPajaritosā€ son de 2014 de cuando vivĆ­a en TucumĆ”n; y de repente sentir la necesidad de armar una textura con un viejo armonio de 1867 que habĆ­a allĆ­. La casa completa se convirtió en un estudio de grabación, adonde golpes sobre la leƱa, portazos, y viejas maderas de una mesa se convertĆ­an en parte de una canción.
ĀæCumplieron el objetivo de lo que buscaban crear?
Cuando escuchamos el disco terminado, sentimos que es una foto fiel del momento en que fue grabado. Podemos ver la nieve que caía al momento de grabarlo. Sentimos el olor a humo del fuego que encendíamos. Creo que de eso se trata la cuestión: de agarrar un momento de la vida, y convertirlo en una pieza tangible que tenga en su ADN toda la información sensorial que ese momento.
¿Piensan continuar bajo el nombre de Arbolceniza o es un proyecto que culmina con este Ôlbum?
Hoy somos Arbolceniza y no veo que vayamos a convertirnos en otra cosa, al menos por un buen rato. Lo que antes fue una idea, luego fue música, videos, e imÔgenes. Y los recitales que venimos dando resultan muy movilizadores para los dos. Así que mientras se mantenga viva esa sensación, seremos Arbolceniza.


Verónica Paz
y Cachƭn Selis comienzan a estar en boca de todos. Desde Atienza, EspaƱa, contagian su arte a travƩs de las redes sociales.

El dúo, oriundo de Yerba Buena, brindó una entrevista muy íntima al prestigioso sitio especializado Rock.com.ar, en donde contaron algunos detalles de la grabación de su primer disco, vida personal y proyectos futuros; tal y como hicieron hace unas semanas en EL DIARIO DE YERBA BUENA.

A continuación transcribimos parte de la entrevista y ponemos a disposición el material musical para el deleite de nuestros lectores:

Entrevista de Rock.com.ar

¿Por qué irse tan lejos para grabar este disco?

Simplemente sucedió. Llegamos a éste apartado lugar dos meses antes de que naciera Arbolceniza. Fueron las texturas y la historia de éste lugar las que le dieron forma al concepto. Eso y la intensa introspección a la que fuimos obligados a someternos. Atienza nos llevó a mirar hacia adentro de un modo nunca antes vivido por nosotros. Ni el ruido de Madrid, ni las distracciones de TucumÔn lo permitían.

ĀæFueron con la idea previa o fue casual?

Llegamos por casualidad, ante la posibilidad de cuidar y administrar una casa rural. Resultó ser una casa construida en el Siglo 18 y que antes, durante el Siglo 15, había sido iglesia. Sus anteriores ocupantes fueron una pareja amante de la música. Fueron ellos quienes construyeron dentro de la casa un museo de instrumentos de música. Así que con Vero sentimos que estÔbamos viviendo un loop de esa historia. Todo eso impregna la estética, las visuales, las canciones y el concepto de Arbolceniza.

¿CuÔles fueron los sentimientos y sensaciones durante la grabación?

Fue un proceso de absoluta libertad, y a la vez de sometimiento. Fuimos libres de voces externas; y fuimos sometidos por el constante brotar de ideas y sonidos. Una canción podĆ­a nacer de un viejo loop que tenĆ­a almacenado en la memoria de la loopera, el de ā€œSiglos bajo el marā€, y el de ā€œPajaritosā€ son de 2014 de cuando vivĆ­a en TucumĆ”n; y de repente sentir la necesidad de armar una textura con un viejo armonio de 1867 que habĆ­a allĆ­. La casa completa se convirtió en un estudio de grabación, adonde golpes sobre la leƱa, portazos, y viejas maderas de una mesa se convertĆ­an en parte de una canción.

ĀæCumplieron el objetivo de lo que buscaban crear?

Cuando escuchamos el disco terminado, sentimos que es una foto fiel del momento en que fue grabado. Podemos ver la nieve que caía al momento de grabarlo. Sentimos el olor a humo del fuego que encendíamos. Creo que de eso se trata la cuestión: de agarrar un momento de la vida, y convertirlo en una pieza tangible que tenga en su ADN toda la información sensorial que ese momento.

¿Piensan continuar bajo el nombre de Arbolceniza o es un proyecto que culmina con este Ôlbum?

Hoy somos Arbolceniza y no veo que vayamos a convertirnos en otra cosa, al menos por un buen rato. Lo que antes fue una idea, luego fue música, videos, e imÔgenes. Y los recitales que venimos dando resultan muy movilizadores para los dos. Así que mientras se mantenga viva esa sensación, seremos Arbolceniza.